miércoles, 7 de septiembre de 2016

Columbares desde el Collado de los Ginovinos

Cualquier aficionado a esto del senderismo que sea del municipio de Murcia tiene varias rutas obligatorias. Carrascoy, el Relojero, la Cresta del Gallo, el Castillo de la Asomada y, por supuesto, Columbares. A su cumbre se puede ascender desde, al menos, tres puntos: el Estrecho del Garruchal, la Fuente de Columbares y el Collado de los Ginovinos. Reconozco que no he realizado aún la subida desde la fuente, pero sí las otras dos, y todas requieren salvar un fuerte desnivel.
Ventana natural en la cumbre de Columbares.
¿Por qué me decanto por esta última? Por el llamado “Paso del Corso”. La subida desde el Garruchal y desde la Fuente de Columbares se topa con un punto de escalada que, si bien no es complicado, está situado en un lugar muy expuesto junto a un precipicio nada desdeñable. Para los que no somos amigos de las alturas (no confundir con altitudes) este paso es un problema grave. Sólo una vez hice la trepada, y a la hora del destrepe la Providencia tuvo a bien enviarme a un excursionista que, casualmente, llegaba acompañado de dos chicas, y me ayudó a descender. De otro modo, bien hubiera bajado por la otra vertiente de la montaña, bien hubiera acabado despeñado. Desde aquí mi agradecimiento.
Sirva esta introducción para justificar por qué, cuando le propuse a un par de amigos que debíamos conquistar Columbares, la única opción que contemplaba era la más segura: desde el Collado de los Ginovinos.
Así que ahí estábamos, en el inicio y/o fin del PR-MU 23 Sendero de Antonio Pérez Nortes, a las seis de la tarde del 6 de septiembre, en plena ola de calor, a treinta y algún grados, dispuestos a afrontar una fuerte ascensión. Para ellos era su primera vez, para mí la segunda desde aquí.
Muy pronto nos separamos del PR para desviarnos a la derecha por una senda que también tiene marcas blanqui-amarillas. Tanto ésta como la que parte desde el Garruchal fueron senderos homologados por la Federación de Montañismo de la Región de Murcia (FMRM), pero la dificultad técnica de los mismos y el auge del senderismo, enfocado a un público menos especializado, hizo aconsejable deshomologarlos.
Enseguida comienzan los repechos. Sabemos que vamos bien porque pasamos junto a un vallado derribado, referencia que recuerdo bien. La primera subida seria consiste en remontar una loma sobre terreno de tierra desprendida y piedra suelta. A la bajada deberemos ir con ojo para no resbalar.
Excelsas vistas desde la cara Norte.
En muy pocos metros ganaremos bastante altitud. Cada rellano es una oportunidad para tomar resuello mientras admiramos el paisaje: todo el Campo de Cartagena, Sucina y el Mar Menor, con el Cabezo Gordo como protagonista indiscutible. Lástima que en esta época y con este calor la nitidez sea escasa. En invierno, con el ambiente fresco, es una delicia. Habrá que volver con el resto de compañeros excursionistas para disfrutar de las vistas con el frío.
Seguimos, ahora por un exigente y cómodo tramo de roca. A modo de escalones naturales, nos elevamos decididamente y resolvemos otro gran porcentaje de la ruta. La rocosa y sombreada cara Sureste de Columbares se yergue orgullosa ante nosotros.
Ahora llaneamos hasta que la senda, que no ofrece dudas, finalmente nos va a llevar hasta donde empezamos a vislumbrar la vertiente Norte de la sierra. La umbría que la caracteriza hace que el paisaje inmediato cambie radicalmente: la frondosidad del bosque es aquí mucho mayor.
Imponentes farallones en la cara Norte.
Llegamos al borde Norte. Las ventanas y balcones naturales que aquí existen ofrecen unas vistas inconmensurables: El paisaje lunar en primer término, presidido por los Mamellones, esos cinco picos de curiosa forma que tenemos al frente y que, como me he comprometido con mis compañeros, visitaremos próximamente. Más allá, la civilización: Murcia y toda la huerta segureña, Santomera, Beniel, Molina de Segura y mucho más. A todo alrededor sierras y más sierras: Abanilla, la Pila, Ricote, Orihuela... Y Columbares, presente con su abrupta pared Norte, tosca y erosionada por millones de años de resistencia al viento y el agua, impresiona nuestros ojos con su brava estampa rocosa, sobre la que estamos y que vemos a nuestro lado.
Tras el deleite nos queda un último ascenso para llegar a las antenas en desuso y el mojón que señala el vértice geodésico. Aquí nos sentimos conquistadores. En menos de una hora, tranquilamente, nos hemos elevado unos 325 metros para alcanzar los 642 que tiene la cumbre de Columbares.

Es ésta una sierra generosa: ofrece a quien la visita, como recompensa por su esfuerzo, una fresca brisa y unas vistas incomparables. Satisfacción, al fin: ¿qué más podría desear el senderista, el montañero o el poeta?

FICHA TÉCNICA:
FECHA DE REALIZACIÓN: 6 de septiembre de 2016.
RECORRIDO: Collado de los Ginovinos-PR-MU 23-senda de subida a Columbares.
DISTANCIA TOTAL: 4'6 kms (ida y vuelta).
TIEMPO: 2 horas.
DESNIVEL: 325 m. (aprox.).
DIFICULTAD: Media. 
MÁS INFORMACIÓN: Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14659585

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