viernes, 30 de septiembre de 2016

PR-MU 23.1 y PR-MU 23 (P. R. El Valle, Murcia)

Esta mañana tocaba una de las rutas largas por el Parque Regional de Carrascoy y Valle Perdido, en Murcia. Ya realicé este mismo recorrido hace años, pero hoy lo hacía acompañado de tres amigos, lo que siempre enriquece la experiencia. Se trata del PR-MU 23.1 Variante por Los Villares y vuelta por el PR-MU 23 Sendero de Antonio Pérez Nortes, para sumar 25 kilómetros muy representativos del monte más característico del Municipio de Murcia.
La salida la hicimos desde la Venta el Puerto 2, junto a la autovía que une Murcia y Cartagena. La ida la hacemos por la variante del PR, que nos pondrá en el Puerto del Garruchal por pista de tierra durante 12 kilómetros.
Ermita de Lo Pareja. Mágica, evocadora.
A los pocos minutos nos desviamos unos metros a la derecha, abandonando el PR y siguiendo el GR 250 Camino del Apóstol para visitar las ruinas de la Ermita de Lo Pareja, un edificio a punto del desplome que bien merecería ser rescatado del olvido y restaurado. No hay muchas ermitas perdidas en medio del campo en nuestra Región, y lo que supuso en su día para sus habitantes justifica su recuperación y reivindicación como patrimonio. Su portada, la ubicación geográfica y el entorno en que se sitúa le confieren un halo evocador que podría representar muy bien la cultura y tradición de esta zona de escasa población en sus años de vida.
Sin duda es uno de los puntos más interesantes de todo el Parque Regional, lo que agudiza la herida de su abandono por parte de la Administración.
Recuperamos el PR. Hemos salido de amanecida porque esta primera mitad de la jornada transcurre por una verdadera solana. El frescor de la mañana acompaña mientras vamos pasando por algunos pequeños cortijos y casas de pastores y agricultores, algún aljibe y una redonda balsa de agua, e incluso un viejo y llamativo acueducto. Los terrenos aterrazados indican que debieron tener un uso agrícola, aunque no adivinamos qué se plantaría en estas tierras áridas. Más adelante veremos huertos de olivos y limoneros en completo abandono.
Caminar por estos lugares, vestigios de un pasado reciente, hoy moribundo, es desolador, un zarpazo para los sentidos. Siempre los he imaginado sosegados pero repletos de vida y actividad, hoy sólo rota por algunos conejos que, asustados, corren a través de ellos buscando un escondrijo.
Caserío de la Venta del Garruchal.
Avanzamos hasta la Sierra de Los Villares, que da nombre a este valle. A la izquierda la sierra, con el Puntal del Víllora como máxima cota, al que pudimos subir hace un par de meses. Enfrente de él, a nuestra derecha, una urbanización que casi tocamos y que afea las vistas al Cabezo Gordo y el Mar Menor.
Poco a poco, al fin hemos llegado al asfalto, lo que indica que estamos a punto de alcanzar la mitad del recorrido propuesto. En el Puerto del Garruchal pasamos por la Venta, pero hoy no vamos a tomar nada aquí. A la izquierda, tras pasarla, nos metemos por el PR-MU 48 Puntal del Víllora, aunque a los pocos metros descendemos a la derecha para enlazar con el PR-MU 23, que cogeremos unos 400 metros más adelante, junto al aparcamiento del Estrecho del Garruchal. Aquí, pero al otro lado de la carretera, el PR-MU 23 continúa hasta el Collado Ginovinos, donde acaba (o empieza). También desde aquí se puede subir hasta Columbares, aunque el expuesto paso de escalada que hay que realizar casi al final de este sendero lo hace desaconsejable para aquellos que sean torpes y/o poco amigos de alturas.
Nosotros no llegaremos a la carretera, siguiendo hacia el Oeste por una senda que asciende sin contemplaciones bordeando el Cabezo del Buitre. Toda esta zona sufrió un incendio hace un par de veranos. Es una pena verla así. La subida acaba por suavizarse, y podemos disfrutar de muy buenas vistas de la Sierra de Los Villares, al Sur. Al Norte, si subimos unos metros a la derecha nos podemos asomar para obtener unas excelsas vistas del paisaje lunar. Estamos en la conocida "Senda Bonita".
Seguimos caminando hasta que un cortísimo tramo del sendero se caracteriza por ser rocoso. Eso significa que estamos a punto de abandonar la solana para entrar en la vertiente de umbría. En este punto, donde la senda gira a la derecha, si seguimos de frente saliéndonos de la misma subiremos a las murallas de King Kong, otra excursión que merece la pena y que afrontaremos en breve.
A la dcha en primer término King Kong. Al fondo Columbares y Mamellones.
Hoy toca disfrutar de la Senda Bonita, cuyo tramo más bello comienza aquí, en la Umbría de los Sánchez. Bajo las escarpadas paredes de King Kong avanzamos hasta que hacemos la parada para el descanso y reposición de fuerzas. En una curva a la izquierda vemos una planicie de roca que invita a ser visitada. El paisaje desde aquí es majestuoso.
En diez minutos volvemos a la carga. Por mi parte, estoy sufriendo, dado que una herida en un dedo del pie derecho está provocando que camine con dolor, y lo haga deformando la pisada, cargando así todo el pie. Me duele hasta el tobillo, y quedan casi 10 kilómetros. Resignación, me he visto en otras peores.
La senda desemboca en una pista forestal que nos aproxima al Relojero. A su altura nos desviamos por un cauce de desagüe que nos asciende hasta una bifurcación: a la derecha, al Relojero; a la izquierda, a King Kong; de frente (nuestra opción), a la Solana del Cerrillar, donde desaparecen las sombras. Así, damos vistas a las Canteras del Feo, otro resto de un pasado cercano, a las que descendemos por una abrupta senda. A los pocos metros de las canteras retomamos nuestra unión al GR 250 Camino del Apóstol (recordemos que este Camino de la Cruz une Cartagena y Caravaca de la Cruz).
Canteras del Feo desde la Solana del Cerrillar.
Ya queda poco, aunque el dolor del pie se agudiza y cojeo ostensiblemente. Finalmente, tras la Venta del Civil, llegamos a la autovía, que acompañamos casi un kilómetro hasta retornar al coche. La prueba ha sido satisfactoria para los dos compañeros que no habían hecho una jornada tan larga por monte. Al final, el que llega en peores condiciones físicas soy yo. Ahora toca descansar, aunque el pie me va a dejar casi una semana en blanco, sin poder salir un solo día a caminar. Gajes del senderista.

FICHA TÉCNICA:
FECHA DE REALIZACIÓN: 25 de septiembre de 2016.
RECORRIDO: Venta El Puerto 2, Ermita de Lo Pareja, Vereda de los Villares, Puerto del Garruchal, Senda Bonita, Umbría de los Sánchez, Solana del Cerrillar, Canteras del Feo, Venta del Civil, Puerto de la Cadena.
DISTANCIA TOTAL: 25 kilómetros.
TIEMPO: 5 horas.
DESNIVEL: 600 m. (aprox.).
DIFICULTAD: Media (por la distancia). 
MÁS INFORMACIÓN: Wikiloc (por quiquehrz).

domingo, 18 de septiembre de 2016

Barqueros: monte, acueductos y un volcán

Son las cinco de la tarde de un domingo, y acabamos de llegar de Madrid. El cuerpo me pide salir de ruta y tengo a un paso una de 12 kilómetros, sin dificultad, de la que conozco una parte y que tengo ganas de realizar. Los astros se han alineado para que hoy sea el día que visite Barqueros.
Cortijo La Zarza. Fragmento.
La ruta en cuestión se titula "El Volcán de Barqueros", es la número 4 de la colección "Vuelta cicloturística por vías pecuarias" que el diario murciano La Opinión publicó hace un tiempo, y de la que tengo en proyecto realizar al completo, pero no en bici, sino a pie.
Lo cierto es que hoy me lanzo a Barqueros. Aunque la propuesta de inicio es desde el pueblo, yo prefiero aparcar en el trasvase Tajo-Segura y empezar la caminata desde aquí, pues la he recorrido previamente y así caliento sin preocuparme de los desvíos que hay que ir tomando.
Desde el trasvase, aguas arriba, nos desviamos a la derecha a pocos cientos de metros (si siguiéramos rectos llegaríamos al Acueducto de La Zarza) para bajar al caserío de La Zarza, una finca que se nos presenta pura, casi intacta en su fisionomía, representando fielmente el aspecto que los cortijos de esta zona presentaban el pasado siglo.
En cuando lo dejamos atrás abandonamos el asfalto en una curva a la derecha, siguiendo nosotros de frente por un camino con cadena que se dirige al acueducto del Tajo-Segura. Al pasar éste, sin salirnos de la senda que llevamos, veremos, cruzando un bancal, un bonito acueducto -éste más humilde- que trasvasa el agua de un nacimiento cercano. La foto en este lugar es inevitable.
Acueducto entre parrales y olivos.
Aquí comienza un breve y bonito tramo de umbría que desembocará ante un enorme y monumental eucalipto en medio del cauce de uno ramblizo. Salimos a la luz entre almendros, pinos y algarrobos, pasando junto a dos viejas casetas de labor, una de ellas mimetizada de tal modo con el entorno que no es fácil de distinguir. Llegamos a una vieja presa y subimos levemente para acceder a otros parajes. El volcán de Barqueros nos queda a la derecha, imponiendo su figura, más elevada que el resto de sus vecinos, vestido de roca y esparto. El volcán está extinto, pero es curioso saber que tenemos uno tan cerca, en el Municipio de Murcia. Esta ruta no sube a él; yo lo hice en otra ocasión y, aunque no es especialmente atractivo, merece la pena coronarlo.
Entre espartales y campos de almendros nos acercamos al Paraje del Charco Moñigo, donde hay un aljibe subterráneo, desde donde da inicio la vieja ruta PR 25 "El volcán de Barqueros", hoy deshomologada y cuyo paso está cortado por una infranqueable puerta metálica, aunque se puede bordear desviándonos hasta el final de la valla (no demasiado lejos).
Eucalipto monumental.
Charco Moñigo.
Yo he cogido la carretera que viene de Alcantarilla para llegar a Barqueros, a medio kilómetro. Dentro del pueblo tenemos que alcanzar la calle Infanta Elena para girar a la izquierda, en bajada, saliendo de la pedanía murciana en dirección a una llamativa cruz blanca que vemos en un cerro, junto a una capilla abierta dedicada a la Santa Cruz.
Volvemos a terreno de monte bajo. Las liebres y las perdices, siempre asustadizas, se sobresaltan y  huyen al sentirme cerca.
Antiguo horno de piedra.
Fieles al camino que llevamos alcanzaremos un hito, a nuestra izquierda, que marca cierto límite territorial. Seguimos andando y, tras una curva a la derecha, encontraremos que está cortado por una valla que indica que estamos en una propiedad privada y advierte de que es un coto de caza. Bordeamos por arriba y descendemos. Obviamos los caminos adyacentes. Nuestra siguiente referencia es un viejo horno junto al camino, al lado de los escombros de lo que debió ser una vivienda.
Empezamos una fuerte bajada hasta la Rambla de Belén, de la que tocamos su cauce seco para iniciar la subida y recuperar la altitud perdida. Aquí hay que estar atentos, ya que habremos de desviarnos. Desde el cauce citado hasta el desvío habrán unos 400 o 500 metros, durante los que habremos observado, a nuestra siniestra, unos barrancos de tierras margosas. El desvío se encuentra al comienzo de los mismos, y deberemos girar bruscamente a la izquierda tomando otro camino que da la impresión de estar menos pisado que el que traíamos.
Llegando a una casa de campo.
El momento agridulce de esta tarde llegará en este tramo. Nada más alcanzar una curva a la derecha, un águila ha salido volando a unos 60 metros. Debía estar muy cerca del camino, en el suelo (aquí no hay árboles). Estas cosas me dan pena porque me fastidia ser una molestia para los animales. Lo bueno es ver rapaces de esa envergadura tan cerca, lo malo es suponer un incordio para ellas. Lo peor es cuando he llegado al punto exacto donde se encontraba y he visto los restos de media paloma que estaba merendando. Ojalá haya vuelto para terminar su cena.
Llegamos a una casa de campo con buen aspecto. Situada en un alto, a partir de la misma tendremos unas buenas vistas de Carrascoy y gran parte de su valle. Nos aproximamos a la fase final de la jornada al dar vistas a a otro acueducto, el que se eleva sobre la Rambla de Belén, en un punto en el que ésta se presenta salvaje.
Acabamos por llegar a la carretera de servicio del trasvase, que seguiremos, aguas arriba, sin complicaciones hasta llegar al coche en algo más de dos kilómetros y medio.
Hemos andado unos 12 kilómetros por una comarca con predominio de secano, pero encontrando unas cuantas sorpresas.

FICHA TÉCNICA:

FECHA DE REALIZACIÓN: 18 de septiembre de 2016.
RECORRIDO: Trasvase Tajo-Segura-Caserío La Zarza-Paraje Las Herrerías-Charco del Moñigo-Barqueros-Vereda de Barqueros-Rambla de Belén-Trasvase Tajo-Segura.
DISTANCIA TOTAL: 12 kilómetros.
TIEMPO: 2 horas y media.
DESNIVEL: 200 m. (aprox.).
DIFICULTAD: Baja. 
MÁS INFORMACIÓN: La Opinión de Murcia. Colección "Vuelta cicloturística por vías pecuarias". Ruta 4: El Volcán de Barqueros.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Sierra de Mamellones (Cabezo de la Plata, Murcia)

La pasada semana subimos a Columbares, desde cuya cima se pueden contemplar excelsas vistas hacia todos los puntos cardinales. Al Norte, en primer término, destacan cinco picos perpendiculares. Se trata de la Sierra de Mamellones, y es una de las excursiones más divertidas y agradecidas que uno puede realizar en el municipio de Murcia.
Desde el balcón natural en la senda de subida a las cumbres.
En el Puerto del Garruchal hemos de tomar el Camino de Cañisola, que queda a la izquierda si venimos desde San José de la Montaña. Es una pista de tierra de cómo tránsito que en cuatro o cinco kilómetros nos situará en el punto de inicio, junto a un cartel y asiento de hierro forjado que indica que ésta fue una ruta homologada como pequeño recorrido (PR-MU 12).
La parte más exigente es el comienzo, dado que debemos ascender a las cumbres en un cortísimo espacio de terreno. La subida es muy vertical, pero en menos de diez minutos ya estamos admirando el paisaje desde un pintoresco balcón natural que justifica, por sí mismo, toda la ruta. No es, en cambio, más que el primer regalo que íbamos a recibir de parte de la montaña.
En este punto hay un breve tramo en el que precisamos utilizar las manos para auparnos a la línea de cumbres. Una vez arriba la ruta se convierte en un paseo muy entretenido, con constantes subidas y bajadas, pequeños saltos, y destrepadas de muy bajo grado de dificultad. Los cortados de la cara Oeste son impresionantes. Caminamos muy cerca de ellos, aunque yo, con mis vértigos, procuro no asomarme demasiado. Los compañeros disfrutan de lo lindo en estas alturas.
Primera cumbre. Foto de José Carroza.
Las viejas marcas blancas y amarillas resisten a la perfección los avatares de la climatología y nos sirven, junto a numerosos hitos de piedras, para identificar la senda correcta, aunque apenas ofrece dudas. En cada cumbre paramos, oteamos con plenitud y seguimos caminando. El total de la ruta no alcanza los siete kilómetros, de manera que podemos recrearnos sin temor a que caiga la tarde.
Finalmente llegamos al Pico del Águila, el último de la serie. Desde aquí contemplamos con veneración a mamá Columbares. Entre ella y nosotros, la pequeña Peña del Águila y su imposible roca en equilibrio como cima. La primera vez que vine sabía de una senda que bajaba hacia ella para volver al punto de inicio entre huertos, casas de labor y de verano, pero no la encontré. Esta vez nos dispusimos a buscarla a conciencia, pero apareció al instante (debía estar especialmente despistado aquella otra vez). La bajada es la perfecta continuación del sendero recorrido en cuando a forma: cómoda pero requiere atención permanente.
La luna entre dos Mamellones.
En pocos minutos estamos bajo la Peña del Águila, lugar donde se bifurca el sendero. Optamos por girar a la derecha (luego comprobaré que acertamos), internándonos en zona de monte bajo. La perspectiva de los cortados de Mamellones que tenemos desde aquí es impagable, y más a la hora del atardecer, cuando la luz, más dorada que nunca, dota a la roca de unos tonos ocres bellísimos.

Enseguida salimos a la pista por la que vinimos en coche, y pocos minutos después llegamos a éste. Nuestras caras y comentarios delatan que hemos disfrutado de una ruta maravillosa que, sin duda, repetiremos.
Desde abajo las rocas amarillentas son impresionantes.

Curioso lugar para abandonar un autobús.
FICHA TÉCNICA:

FECHA DE REALIZACIÓN: 12 de septiembre de 2016.
RECORRIDO: Camino de Cañisola-senda de subida a Mamellones-línea de cumbres-Peña del Águila-cultivos-Camino de Cañisola.
DISTANCIA TOTAL: 4'6 kms.
TIEMPO: 2 horas y media (yendo tranquilos).
DESNIVEL: 300 m. (aprox.).
DIFICULTAD: Baja. 
MÁS INFORMACIÓN: Wikiloc; ruta 6 del libro "Excursiones a pie por el Municipio de Murcia. 20 itinerarios de montaña", Ángel Ortiz Martínez (Ed. Natursport. 1998).

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Columbares desde el Collado de los Ginovinos

Cualquier aficionado a esto del senderismo que sea del municipio de Murcia tiene varias rutas obligatorias. Carrascoy, el Relojero, la Cresta del Gallo, el Castillo de la Asomada y, por supuesto, Columbares. A su cumbre se puede ascender desde, al menos, tres puntos: el Estrecho del Garruchal, la Fuente de Columbares y el Collado de los Ginovinos. Reconozco que no he realizado aún la subida desde la fuente, pero sí las otras dos, y todas requieren salvar un fuerte desnivel.
Ventana natural en la cumbre de Columbares.
¿Por qué me decanto por esta última? Por el llamado “Paso del Corso”. La subida desde el Garruchal y desde la Fuente de Columbares se topa con un punto de escalada que, si bien no es complicado, está situado en un lugar muy expuesto junto a un precipicio nada desdeñable. Para los que no somos amigos de las alturas (no confundir con altitudes) este paso es un problema grave. Sólo una vez hice la trepada, y a la hora del destrepe la Providencia tuvo a bien enviarme a un excursionista que, casualmente, llegaba acompañado de dos chicas, y me ayudó a descender. De otro modo, bien hubiera bajado por la otra vertiente de la montaña, bien hubiera acabado despeñado. Desde aquí mi agradecimiento.
Sirva esta introducción para justificar por qué, cuando le propuse a un par de amigos que debíamos conquistar Columbares, la única opción que contemplaba era la más segura: desde el Collado de los Ginovinos.
Así que ahí estábamos, en el inicio y/o fin del PR-MU 23 Sendero de Antonio Pérez Nortes, a las seis de la tarde del 6 de septiembre, en plena ola de calor, a treinta y algún grados, dispuestos a afrontar una fuerte ascensión. Para ellos era su primera vez, para mí la segunda desde aquí.
Muy pronto nos separamos del PR para desviarnos a la derecha por una senda que también tiene marcas blanqui-amarillas. Tanto ésta como la que parte desde el Garruchal fueron senderos homologados por la Federación de Montañismo de la Región de Murcia (FMRM), pero la dificultad técnica de los mismos y el auge del senderismo, enfocado a un público menos especializado, hizo aconsejable deshomologarlos.
Enseguida comienzan los repechos. Sabemos que vamos bien porque pasamos junto a un vallado derribado, referencia que recuerdo bien. La primera subida seria consiste en remontar una loma sobre terreno de tierra desprendida y piedra suelta. A la bajada deberemos ir con ojo para no resbalar.
Excelsas vistas desde la cara Norte.
En muy pocos metros ganaremos bastante altitud. Cada rellano es una oportunidad para tomar resuello mientras admiramos el paisaje: todo el Campo de Cartagena, Sucina y el Mar Menor, con el Cabezo Gordo como protagonista indiscutible. Lástima que en esta época y con este calor la nitidez sea escasa. En invierno, con el ambiente fresco, es una delicia. Habrá que volver con el resto de compañeros excursionistas para disfrutar de las vistas con el frío.
Seguimos, ahora por un exigente y cómodo tramo de roca. A modo de escalones naturales, nos elevamos decididamente y resolvemos otro gran porcentaje de la ruta. La rocosa y sombreada cara Sureste de Columbares se yergue orgullosa ante nosotros.
Ahora llaneamos hasta que la senda, que no ofrece dudas, finalmente nos va a llevar hasta donde empezamos a vislumbrar la vertiente Norte de la sierra. La umbría que la caracteriza hace que el paisaje inmediato cambie radicalmente: la frondosidad del bosque es aquí mucho mayor.
Imponentes farallones en la cara Norte.
Llegamos al borde Norte. Las ventanas y balcones naturales que aquí existen ofrecen unas vistas inconmensurables: El paisaje lunar en primer término, presidido por los Mamellones, esos cinco picos de curiosa forma que tenemos al frente y que, como me he comprometido con mis compañeros, visitaremos próximamente. Más allá, la civilización: Murcia y toda la huerta segureña, Santomera, Beniel, Molina de Segura y mucho más. A todo alrededor sierras y más sierras: Abanilla, la Pila, Ricote, Orihuela... Y Columbares, presente con su abrupta pared Norte, tosca y erosionada por millones de años de resistencia al viento y el agua, impresiona nuestros ojos con su brava estampa rocosa, sobre la que estamos y que vemos a nuestro lado.
Tras el deleite nos queda un último ascenso para llegar a las antenas en desuso y el mojón que señala el vértice geodésico. Aquí nos sentimos conquistadores. En menos de una hora, tranquilamente, nos hemos elevado unos 325 metros para alcanzar los 642 que tiene la cumbre de Columbares.

Es ésta una sierra generosa: ofrece a quien la visita, como recompensa por su esfuerzo, una fresca brisa y unas vistas incomparables. Satisfacción, al fin: ¿qué más podría desear el senderista, el montañero o el poeta?

FICHA TÉCNICA:
FECHA DE REALIZACIÓN: 6 de septiembre de 2016.
RECORRIDO: Collado de los Ginovinos-PR-MU 23-senda de subida a Columbares.
DISTANCIA TOTAL: 4'6 kms (ida y vuelta).
TIEMPO: 2 horas.
DESNIVEL: 325 m. (aprox.).
DIFICULTAD: Media. 
MÁS INFORMACIÓN: Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14659585