Cualquier
aficionado a esto del senderismo que sea del municipio de Murcia tiene varias
rutas obligatorias. Carrascoy, el Relojero, la Cresta del Gallo, el Castillo de la
Asomada y, por supuesto, Columbares. A su cumbre se puede ascender desde, al
menos, tres puntos: el Estrecho del Garruchal, la Fuente de Columbares y el
Collado de los Ginovinos. Reconozco que no he realizado aún la subida desde la
fuente, pero sí las otras dos, y todas
requieren salvar un fuerte desnivel.
Ventana natural en la cumbre de Columbares. |
¿Por
qué me decanto por esta última? Por el llamado “Paso del Corso”. La subida
desde el Garruchal y desde la Fuente de Columbares se topa con un punto de
escalada que, si bien no es complicado, está situado en un lugar muy expuesto junto a un precipicio nada desdeñable. Para los que no somos amigos de las alturas
(no confundir con altitudes) este paso es un problema grave. Sólo una vez hice
la trepada, y a la hora del destrepe
la Providencia tuvo a bien enviarme a un excursionista que, casualmente, llegaba acompañado de dos
chicas, y me ayudó a descender. De otro modo, bien hubiera bajado por la otra
vertiente de la montaña, bien hubiera acabado despeñado. Desde aquí mi agradecimiento.
Sirva
esta introducción para justificar por qué, cuando le propuse a un par de amigos
que debíamos conquistar Columbares, la única opción que contemplaba era la más
segura: desde el Collado de los Ginovinos.
Así
que ahí estábamos, en el inicio y/o fin del PR-MU 23 Sendero de Antonio Pérez
Nortes, a las seis de la tarde del 6 de septiembre, en plena ola de calor, a
treinta y algún grados, dispuestos a afrontar una fuerte ascensión. Para ellos
era su primera vez, para mí la segunda desde aquí.
Muy
pronto nos separamos del PR para desviarnos a la derecha por una senda que
también tiene marcas blanqui-amarillas. Tanto ésta como la que parte desde el
Garruchal fueron senderos homologados por la Federación de Montañismo de la Región de Murcia (FMRM), pero la dificultad técnica de los mismos
y el auge del senderismo, enfocado a un público menos especializado, hizo
aconsejable deshomologarlos.
Enseguida
comienzan los repechos. Sabemos que vamos bien porque pasamos junto a un
vallado derribado, referencia que recuerdo bien. La primera subida seria
consiste en remontar una loma sobre terreno de tierra desprendida y piedra
suelta. A la bajada deberemos ir con ojo para no resbalar.
Excelsas vistas desde la cara Norte. |
En
muy pocos metros ganaremos bastante altitud. Cada rellano es una oportunidad
para tomar resuello mientras admiramos el paisaje: todo el Campo de Cartagena,
Sucina y el Mar Menor, con el Cabezo Gordo como protagonista indiscutible.
Lástima que en esta época y con este calor la nitidez sea escasa. En invierno, con el ambiente
fresco, es una delicia. Habrá que volver con el resto de compañeros excursionistas para disfrutar
de las vistas con el frío.
Seguimos,
ahora por un exigente y cómodo tramo de roca. A modo de escalones naturales, nos
elevamos decididamente y resolvemos otro gran porcentaje de la ruta. La rocosa y
sombreada cara Sureste de Columbares se yergue orgullosa ante nosotros.
Ahora
llaneamos hasta que la senda, que no ofrece dudas, finalmente nos va a llevar
hasta donde empezamos a vislumbrar la vertiente Norte de la sierra. La umbría
que la caracteriza hace que el paisaje inmediato cambie radicalmente: la
frondosidad del bosque es aquí mucho mayor.
Imponentes farallones en la cara Norte. |
Llegamos
al borde Norte. Las ventanas y balcones naturales que aquí existen ofrecen unas
vistas inconmensurables: El paisaje lunar en primer término, presidido por los
Mamellones, esos cinco picos de curiosa forma que tenemos al frente y que, como
me he comprometido con mis compañeros, visitaremos próximamente. Más allá, la
civilización: Murcia y toda la huerta segureña,
Santomera, Beniel, Molina de Segura y mucho más. A todo alrededor sierras y más
sierras: Abanilla, la Pila, Ricote, Orihuela... Y Columbares, presente con su abrupta pared Norte, tosca y erosionada por millones de años de resistencia al viento y el agua, impresiona nuestros ojos con su brava estampa rocosa, sobre la que estamos y que vemos a nuestro lado.
Tras
el deleite nos queda un último ascenso para llegar a las antenas en desuso y el
mojón que señala el vértice geodésico. Aquí nos sentimos conquistadores. En
menos de una hora, tranquilamente, nos hemos elevado unos 325 metros para alcanzar
los 642 que tiene la cumbre de Columbares.
Es
ésta una sierra generosa: ofrece a quien la visita, como recompensa por
su esfuerzo, una fresca brisa y unas vistas incomparables. Satisfacción, al
fin: ¿qué más podría desear el senderista, el montañero o el poeta?
FICHA TÉCNICA:
FECHA DE REALIZACIÓN: 6 de septiembre de 2016.
RECORRIDO: Collado de los Ginovinos-PR-MU 23-senda de subida a Columbares.
DISTANCIA TOTAL: 4'6 kms (ida y vuelta).
TIEMPO: 2 horas.
DESNIVEL: 325 m. (aprox.).
DIFICULTAD: Media.
MÁS INFORMACIÓN: Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14659585
RECORRIDO: Collado de los Ginovinos-PR-MU 23-senda de subida a Columbares.
DISTANCIA TOTAL: 4'6 kms (ida y vuelta).
TIEMPO: 2 horas.
DESNIVEL: 325 m. (aprox.).
DIFICULTAD: Media.
MÁS INFORMACIÓN: Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14659585
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