martes, 28 de marzo de 2017

Gran ruta del río Segura. Etapa 5: Letur-El Cañar

Ains, qué pena me da abandonar Letur tan pronto. Me ha cautivado la tarde que he pasado entre sus calles, fuentes, gentes... Pero la travesía exige avanzar. Como el agua: si se queda estancada se pudre. Así que, como siempre, a madrugar y en marcha.
Caminando entre cultivos.
Tras desayunar en uno de los bares del centro me dirijo a la calle Molinos. El camarero me ha comentado que la salida hacia Férez es por aquí. En unos minutos he salido de los corrales donde se guardan los novillos elegidos para las fiestas de la localidad, y accedo a un camino de tierra.
De repente empiezo a ver marcas de GR, pero da igual el giro que dé o por qué sendero me meta: en todos hay marcas. Es imposible que todas correspondan a un mismo sendero de gran recorrido, y no sé exactamente a qué responderá tal profusión, pero me alegro mucho de no estar haciendo uno, porque estaría completamente desorientado.
Estos parajes son conocidos como Era del Rosal, pero el caso es que estoy dentro de un laberinto de caminos, de modo que aprovecho que pasa un coche con propietarios de alguna finca cercana para preguntarles cómo salir de allí. Las vagas indicaciones que me dan son suficientes, y milagrosamente consigo avanzar, pero sigo en pleno corazón de una maraña de posibilidades enorme. Las guías y mapas que llevo no me sirven, bien porque las descripciones no son nada detalladas, bien porque los planos no tienen la suficiente escala.
Viejo arco en el coqueto caserío del Molino de la Mora.
Logro dar con el camino de servicio de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT), y tras varios avatares y discrepancias internas decido tirar pa'lante y continuar por él, resultando un acierto pleno: a pesar de no coincidir con mis mapas, me lleva exactamente donde se supone que tenía que dirigirme, muy cerca de La Abejuela, una aldea próxima a Férez.
No podré expresar con suficiente énfasis el enorme alivio que sentí, porque me costó más de 2 horas hallar mi camino, y hasta me había planteado regresar a Letur... si es que lograba dar con el camino.
Y si sentirte perdido causa desasosiego, verificar que por fin vas por el camino correcto genera una bendita sensación de alivio. Ahora sí cuadran las descripciones con los planos, y llegar a Férez se convierte en un paseo. Antes pasaremos bajo el arco del acueducto del Molino de la Mora, una delicia de lugar.
Férez no me ofrece un gran atractivo, sinceramente. Almuerzo en uno de sus bares y callejeo brevemente por sus calles hasta salir del pueblo buscando Socovos. Preguntados por cómo ir a la vecina población, los parroquianos del bar se han enzarzado en una enérgica (pero amable) discusión sobre si debo tomar tal o cual camino. Mal que bien consigo enterarme de qué salida debo tomar, ya tiraré de orientación cuando llegue el caso.
Casa Roja, una sorpresa oculta en el bosque.
Pero, como hoy es el día de los pasos perdidos, no tuve otra opción que volverme a extraviar. En mi defensa diré que las roturaciones que acosan esta zona difuminan los caminos. Después de subir alguna que otra cuesta recuperé el sendero y llegué a Socovos.
La solitaria población me dio una fría impresión al estar casi desierta. Era un día de semana, compré algo para comer y luego cenar, pegué un bocado y visité el Castillo de la Encomienda.
Pero empezó a llover y tuve que refugiarme bajo la marquesina de una parada de autobús y ponerme mi chubasquero. En lo que tardé cesó la lluvia y decidí salir para llegar al punto final lo antes posible. Debían ser un par de horas, pues son 11 los kilómetros que me separan.
La salida de Socovos se hace, siguiendo la guía de Pepe Tárraga, por la Loma de las Fuentecitas, el Calvario y el Camino de Hellín. Es muy agradable, pues estamos subiendo agradablemente un camino de tierra en una pequeña sierra, y lo hacemos a punto de lluvia, refrescados y con una gratísima sensación en el cuerpo. Un cómodo descenso hasta que cruzamos una carretera local para seguir entre almendros un par de kilómetros.
Llovizna, y debo tener cuidado con algunos pasos bastante embarrados en los que estoy a punto de caer. No me apetece nada pegar un costalazo, la verdad. Sé que éste es un desvío que no se toma gratuitamente, y se me hace largo alcanzar la meta, que no es otra que la Casa Roja, una majestuosa casona plantada en medio del campo. Es estupendo contemplarla, siempre con la extraña sensación que causa la pesada soledad, esa melancolía que se imprime en uno al ver la decadencia de un lugar que, décadas atrás, debió tener una vida e importancia muy notables.
Precioso entorno a media tarde cerca del Embalse del Cenajo.
Lo cierto es que la casa se encuentra en muy buenas condiciones, y, según me dijo una de las dueñas del Centro Turístico El Cañar, donde dormí esa noche, un familiar suyo la había comprado hace bien poco con la idea de restaurarla, no sé si con fines turísticos, lo que podría ser su salvación.
Respecto al bosquete de robles anunciado en la guía, preferí dejarlo para otra ocasión, pues estaba bastante cansado y amenazaba lluvia. Así que continué subiendo una cuesta que se me pegó más de lo conveniente, saliendo a la carretera que previamente había cruzado unos kilómetros atrás y enfilé a mi destino, con muy buenas vistas en los tramos altos.
Una hora más tarde, pasada la aldea de El Cañar, arribé al Centro Turístico, donde me esperaba una cabaña que había reservado y un perro muy juguetón. El recinto es precioso y está muy bien cuidado. Situado en las inmediaciones del Embalse del Cenajo, con una destacable limpieza en el ambiente (¡daba gusto respirar!), ofrece una propuesta muy interesante en un entorno natural, y aunque no exclusivamente, parece especialmente adecuado para familias con niños.
Yo tuve una muy buena estancia, y tengo el lugar como una buena opción para pasar algún fin de semana.
En lo que respecta a la ruta, estamos a muy pocos kilómetros de entrar en la Región de Murcia, pero eso será mañana.

FICHA TÉCNICA:
FECHA DE REALIZACIÓN: 20 de octubre de 2016.
RECORRIDO: Letur-Eras del Rosal-Molino de la Mora-Férez-Socovos-Loma de las Fuentecitas-Casa Roja-Carretera de El Cañar-El Cañar.
DISTANCIA TOTAL: 24 kms. (aproximadamente).
TIEMPO: 7 horas, debido a las grandes dificultades de orientación entre Letur y Férez.
DESNIVEL: ---
DIFICULTAD: Baja.
DE INTERÉS: La salida de Letur por las Eras del Rosal; el arco del Molino de la Mora; Férez y Socovos; la Casa Roja; el Centro Turístico El Cañar.
MÁS INFORMACIÓN: 'Excursiones por el río Segura y sus afluentes. Primera parte'. Ortiz Martínez, Ángel; Giménez Martínez, Lázaro (Ed. Natursport, 2000); 'La gran ruta del río Segura'. Tárraga Poveda, José (Coleccionable por fascículos con La Opinión, 2007).

No hay comentarios:

Publicar un comentario