lunes, 6 de marzo de 2017

Ruta de la Cingla (Jumilla)

Olmeda en La Alquería. Punto de inicio de la ruta.
Fue una casualidad; hará un año y medio que encontré en una oficina de turismo varios folletos de otras tantas rutas senderistas. Habían de Puerto Lumbreras, Mazarrón, Alcantarilla... y Jumilla. Por supuesto, me llevé todos. Pero las de Jumilla me atrajeron especialmente: El Carche y la Cingla. La primera, una de las sierras importantes de la Región de Murcia (aún en mi lista de tareas pendientes, de este año no pasa hacer cumbre); la segunda, toda una desconocida para mí.
Muchas veces he flirteado con esta ruta, pero al final siempre escogía otros destinos igualmente interesantes: Pedro Ponce (Zarzadilla de Totana), Sierra de la Pila, Coy, Mazarrón, etc. Por fin, el viernes 24 de febrero fue el día D. En cuando salí de trabajar, a las 12:00 en punto, conducía mientras me almorzaba un bocata para no perder tiempo en parar a comer.
Cenotafios junto a la Casa de las Siervas.
Llegar a La Alquería (pedanía jumillana desde donde parte esta ruta) es muy sencillo. Si vamos desde Murcia tenemos que pasar Jumilla por la circunvalación en dirección a Yecla. A menos de 10 kilómetros, pasado un polígono industrial, encontraremos el cartel del caserío. Una vez en él aparcamos junto a la olmeda y nos disponemos a comenzar.
El folleto que usé para la ruta está editado por la Concejalía de Turismo de Jumilla en 2004. Es un desplegable con un buen mapa, de esos que a los fetichistas del senderismo (hoy llamados frikis) nos gusta atesorar en nuestros archivos.
Pero antes de empezar tuve tiempo de extraviarme un par de veces, errando el camino y perdiéndome entre vides y almendros. 2 kilómetros y media hora más tarde, de regreso a La Alquería, por fin encontré la salida correcta. Perderse en una aldea diminuta dos veces es de esas cosas que hacen que uno se sienta un poco tonto, jajaja. En fin, mejor tomárselo con humor (y cierta resignación 😆).
Ya he localizado el punto de partida: la olmeda, de la que sale una carreterita a la derecha (hay carteles indicativos). En unos segundos hemos abandonado las casas y ya no pisamos asfalto, sino tierra. Caminamos en un espacio diáfano, de marcado secano. Contemplamos la solana de las sierras que vemos al frente, caracterizadas por la casi ausencia de arbolado, estando pobladas de arbusto y esparto. Esto es casi ley en la Región de Murcia: el Sur, una solana de escasa vegetación; el Norte, umbría con grandes manchas arbóreas, sombrías y de cierto grade de humedad...
Peñarrubia. Abajo la Casa del Barranco, y sobre ella los Abrigos del Buen Aire, con pinturas rupestres.
Nos unimos a una rambla (la del Bonaire) que pronto nos abandona por la izquierda. De repente visualizamos lo más llamativo de esta ruta. Peñarrubia es una alargada pared vertical de roca elevada sobre una falda que asemeja una alfombra color verde, de ese verde apagado propio del esparto. La escena es fantástica: a lo lejos, como un pétreo buque fantasma, emerge sobria, soberbia y altiva. Su peculiar configuración la hacen de lo más atractiva.
Tan absorto quedé admirándola que casi me pasaron desapercibidos dos cenotafios a pie de camino. Y hubiera sido imperdonable, tengo especial debilidad por estos pequeños monumentos. Me atrae mucho su significado, el cariñoso y familiar recuerdo de alguien querido vinculado al lugar. Uno de los que aquí se ubican, de hecho, homenajea al que fuera guarda en estos montes.
Justo aquí comienza una mínima subida que nos va a situar en el punto con mejor panorámica de Peñarrubia. Estamos sobre el Barranco del Bonaire. Vemos las ruinas de la Casa del Barranco, y sobre ella adivinamos dos alargadas cavidades protegidas por sendos enrejados. Se trata de los Abrigos del Buen Aire, y albergan pinturas rupestres que, como tales, son Patrimonio de la Humanidad.
Viñedos. Al fondo el parque eólico.
Da gusto recrearse aquí, hacer fotos, sacar los prismáticos y escudriñar cada rincón de las paredes y alrededores, o imaginar hasta dónde nos llevan los múltiples caminos de servicio que se entrelazan entre sí a nuestros pies.
Es hora de continuar. Pronto cambiará el paisaje, siendo sustituido por la Sierra de la Cingla, que nos quedará a la derecha. En lo alto, como vagones de tren, se alinean riscos pelados. Entre ellos y nosotros, un tupido bosque de pino, lentisco, coscoja y demás elementos típicos del bosque mediterráneo.
A nuestra izquierda se abre un balcón desde el que contemplamos una breve llanura cultivada de vides y almendros, con alguna mancha de cereal. El Cerro Cantero y el Cerro González cierran el paisaje a poca distancia. Un par de canteras afean las vistas; más atrás, en las Lomas de los Lobos y la Sierra de los Gavilanes, decenas de molinos de un par de parques eólicos enmarcan el horizonte.
El camino forestal se hace algo anodino. La verdad es que son varios kilómetros insulsos. Poco a poco recorro su umbría hasta que La Cingla comienza a decaer. A la izquierda aparece un camino que se acerca a una vieja casa forestal. Paso de largo con la intención de visitarla a la vuelta.
Peñarrubia.
Pero no va a poder ser. Tras dar la vuelta un kilómetro más adelante tomo un camino que sube, ahora a la izquierda. Decido investigar un poco, pensando que es el que sube a lo alto de la sierra. Pero lo cierto es que es un sendero que la recorre a media altura, así que me lo tomo como un regalo: me voy a ahorrar unos kilómetros de pista forestal para caminar por una divertida senda.
Las vistas mejoran con estos pocos metros que se eleva sobre el camino de ida. Al final caeremos sin remedio en él, pero a un cuarto de hora escaso de Peñarrubia. Aquí vuelvo a dedicar unos minutos a hacerle algunas fotos. El cambio de luz (son casi las 17 h.) invita a ello.
Está a punto de finalizar la ruta. Ya en La Alquería paseo un rato por sus calles, destacando la Ermita de San José como elemento de mayor interés arquitectónico del poblado.

FICHA TÉCNICA:
FECHA DE REALIZACIÓN: 24 de febrero de 2017.
RECORRIDO: La Alquería-Rambla del Bonaire-Casa del Barranco-Pista Forestal de la Cingla-vuelta por sendero umbría de la Cingla-pista forestal-Casa del Barranco-Rambla del Bonaire-La Alquería.
DISTANCIA TOTAL: 18 kms. (aproximadamente).
TIEMPO: 4 horas, sin prisas.
DESNIVEL: 150 m (aproximadamente).
DIFICULTAD: Baja.
DE INTERÉS: La Alquería; Peñarrubia; los Abrigos del Aire y la Casa del Barranco; caminar visualizando los campos de cultivo; el pequeño bosque en la umbría de la sierra.
MÁS INFORMACIÓN: Wikiloc.

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