viernes, 13 de enero de 2017

Gran ruta del río Segura. Etapa 4: Yeste-Letur

La de hoy era, a priori, una etapa controvertida. De las dos opciones para realizar esta Gran ruta del río Segura había elegido la más sencilla, de ahí que haya venido a Yeste. La otra no llegaba a la bella población albaceteña.
Cruzando el Puente de la Vicaría.
El caso es que de Yeste a Letur habían nada menos que 43 kilómetros, casi todos ellos por carretera. Insisto, esta opción es mucho más aconsejable para hacer en bici que a pie.
Supuso una alegría, mientras repasaba los mapas de la zona que había comprado como apoyo para la ruta, que había un puente, el de La Vicaría, que no se mencionaba en la guía. Efectivamente, dicho puente es posterior a la publicación, lo que me ofrecía dos ventajas: ahorrar 15 kilómetros innecesarios y, además, eludir una carretera muy transitada por otra de escaso tráfico.
Perfecto. Rediseñada la etapa, todo era cuestión de echar a andar. Como siempre, a las 8 en punto arranco. La salida de Yeste se hace por la CM-3206 en dirección Elche de la Sierra. Van a ser casi 3 kilómetros de incómodo y peligroso arcén, con multitud de coches en ambos sentidos. Respiro aliviado cuando llego al desvío: Letur, 25 kilómetros.
A partir de aquí el paso de vehículos será residual. De todos modos, el entorno no es especialmente llamativo. Atrás quedó la majestuosidad de la Sierra del Segura para dar paso a un terreno sensiblemente menos frondoso.
Prácticamente una hora invierto en alcanzar el Puente de la Vicaría, a 5 kilómetros del desvío. Es una construcción muy vistosa debido a su color morado y a la estructura de arco atirantado. Es visible desde muchos cientos de metros antes de llegar a él, debiendo hacer un pronunciado descenso antes de alcanzarlo.
Vereda de Siles.
Lo que me sorprende es escaso caudal a las puertas del Embalse de la Fuensanta, a tenor de la marca de agua que se observa, varios metros por encima. Seguramente sea lo normal, pero acongoja un poco ver tanto espacio vacío de agua.
Pasado el puente llegamos al caserío de Toril, donde tomamos la Vereda de Siles, evitando pasar por Fuente Higuera, que nos supondría un rodeo. La verdad es que me planteé ir para tomar un café en caso de que hubiera bar, pero, visto desde lejos no lo parecía, así que lo dejé pasar.
La vereda nos sube y baja entre tradicionales cortijos, olivos y cultivos de cereales hasta alcanzar la carretera de Sege a Letur. Desde aquí nos restarán unos 16 kilómetros de marcha, aunque esta parte es bastante más bonita que la que dejamos atrás: choperas, campos de cereales, caseríos y cortijos diseminados, aderezado por una bruma baja y fresca hacen de éste un tramo muy bonito para caminarlo.
Hermosas vistas desde la carretera, camino de Letur.
Casas del Pino es otra de esas pequeñas aldeas cuyo encanto empieza con el nombre mismo. Pregunto a un vecino si hay bar cerca y me dice a 1 kilómetro, a la salida del pueblo. No sé en qué momento exactamente escojo la dirección equivocada, porque el mapa dibuja una bifurcación que no recuerdo sobre el terreno. Sin duda debía ir despistado, y sospecho que se trata de un camino menor que deseché por eso mismo. El caso es que, en lugar de bajar a Las Casicas, subo a Las Casas, dando un rodeo (no más de 2 kilómetros, nada importante), pero con una buena rampa de subida hasta las Casas del Collado. Antes, junto a una pequeña tienda, un bar cerrado que, en teoría, abre a las 11:00, aunque ya las pasan en 20 minutos. Espero 10 más, pero nada, así que me marcho con el rabo entre las piernas.
Fuente y lavadero de Casas del Pino.
No importa, haré la parada en algún lugar cómodo donde hacerme una buena sopa que me sirva de almuerzo. Junto a una nave en desuso planto el camping gas (que milagrosamente volvió a funcionar correctamente, como pude comprobar ayer en la ferretería de Yeste donde lo llevé por si había recambio: al probarlo, no tenía pérdida de gas alguna).
Con todas las precauciones me hago mi sopa y descanso un rato antes de reemprender la marcha. Lo que quedan son unos 7 kilómetros de carretera soporíferos, siguiendo el Canal del Taibilla, hasta llegar, primero al cementerio de Letur, luego al Barrio de San Antón y, por fin, a Letur: la fiesta del agua.
En el Restaurante Castillo de Letur, Carlos me pone tres tapas generosas y deliciosas que compensan estas últimas dos horas de camino, bastante aburridas. También gestiono el alojamiento en Hostal Rural Letur, un lujo en todos los aspectos: diseño, confortabilidad, servicios, precio...
Fachada tradicional en la entrada de Letur.
Aseado, con la ropa lavada y descansado, es hora conocer este bello pueblo. Y lo cierto es que consigue impresionarme: sus callejuelas con sabor a tradición y a tiempo detenido, macetas colgadas y recovecos sin salida (cul de sac); su patrimonio etnológico cuidado hasta el mimo; la omnipresencia del agua en canaletas, fuentes, arroyos, el precioso Charco de los Canales; la amabilidad de sus gentes; la Iglesia de la Asunción, declarada Monumento Nacional en 1981. En definitiva, un pueblo cuya visita es obligatoria.
De hecho, sólo la lluvia, que empieza a caer más de lo aconsejable, me decide a regresar a la habitación, ya de noche. Hay que cenar y preparar la etapa de mañana.

FICHA TÉCNICA:
FECHA DE REALIZACIÓN: 19 de octubre de 2016.
RECORRIDO: Yeste-Puente de la Vicaría-El Toril-Casas del Pino-Las Casas-Casas del Collado-Letur.
DISTANCIA TOTAL: 28 kms. (aproximadamente).
TIEMPO: 7 horas.
DESNIVEL: ---
DIFICULTAD: Baja.
DE INTERÉS: El Puente de la Vicaría; el tramo desde El Toril hasta Las Casas; Letur, entero, que bien merece un fin de semana completo.
MÁS INFORMACIÓN: 'Excursiones por el río Segura y sus afluentes. Primera parte'. Ortiz Martínez, Ángel; Giménez Martínez, Lázaro (Ed. Natursport, 2000); 'La gran ruta del río Segura'. Tárraga Poveda, José (Coleccionable por fascículos con La Opinión, 2007).

Iglesia de la Asunción de Letur, Monumento Nacional desde 1981.

Fuente con juego de agua (Letur).

Charco de los Canales (Letur).
Parra en la pintoresca calle Molinos (Letur).

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