lunes, 9 de enero de 2017

Tesoros escondidos: San Joy y Fuente del Lobo

Ventana abierta a un brumoso horizonte.
Toca una ruta sencilla, de unos 11 kilómetros, sin demasiado esfuerzo físico y con más de una sorpresa. Vamos a conocer San Joy, una aldea que llegó a estar deshabitada hasta hace muy pocas fechas; también vamos a disfrutar de unas grandiosas vistas de la Vega Alta del río Segura y del fértil Valle de Ricote; pisaremos vetustos cultivos aterrazados y, como premio gordo, el pequeño oasis que nos regala la Fuente del Lobo.
Os sitúo, por si aún no estáis ubicados: hemos venido al Parque Regional Sierra de la Pila, más concretamente al Municipio de Blanca. De nuevo he usado el libro "Sierra de la Pila. Excursiones a pie y en bicicleta" (Quijada Guillamón, Héctor M.; Lucas Miñano, José Antonio. Natursport, 2003), escogiendo la ruta 2.
Sierra del Viar.
Se dan dos opciones para comenzar la ruta: la corta, en el cruce de San Joy, reduciendo la distancia a recorrer en 4 kilómetros; yo prefería la opción larga, así que aparqué junto a la Fuente de la Canaleta, 3'5 kilómetros más abajo, subiendo a pie por la pista forestal. En la ficha técnica se indica cómo llegar al punto de partida.
El termómetro del coche ha bajado hasta 1º, pero no hay sensación de tanto frío. La constante ascensión ayuda a aclimatar el cuerpo, aunque el sol permanece oculto tras la Sierra de Viar, debiendo prescindir por el momento del alivio de su calor.
La citada Sierra de Viar, con su larga cresta rocosa, se asemeja a un buque. Es ésta característica común de distintas sierras, peñascos, lomas y elevaciones en estos páramos, lugares propicios para la chova piquirroja. Una bandada de ellas pasa graznando a buena altura. Sin duda se dirigen a alguno de esos roquedos.
San Joy, por encima de las nubes.
Atrás quedó una cantera que no sólo afea bastante el entorno, sino que también estropea las fotografías cuando volvemos la vista atrás, hacia el fondo del lejano y profundo valle, cubierto por una bruma espesa. Sobrepasamos Viar y llegamos a tres viejas casas junto al camino, de las que sólo una está en condiciones habitables. De aquí parte un viejo camino que conecta con el PR-MU 73 Sierra del Águila, y que lleva a La Garapacha y El Rellano.
Llegamos a San Joy. Una curiosa anécdota de esta diminuta aldea es que el gran Félix Rodríguez de la Fuente durmió en una de sus casas cuando vino al Caramucel a grabar al búho real para su serie de documentales.
Nosotros abandonamos la pista para desviarnos a la izquierda, junto a las ruinas de la casa del difunto Mateo García "El Maestro", como indica un rudimentario cartel que pide respeto a la propiedad.
Peñasco de San Joy.
Unos metros más adelante llegamos a un grupo de casas, de donde salen tres perros que llevan ladrándome desde que me vieron allá abajo, hace ya un buen rato. Como suele ocurrir con los perros sueltos, cuando te acercas son de lo más dóciles. En este primer caserío comienza la ascensión por las terrazas cultivadas de olivos y almendros ancianos. He de seguir una manguera negra que sale de un nacimiento de agua, más allá de una balsa. Dos de los tres perros que me recibieron me han acompañado hasta aquí, pero no debía apetecerles seguir subiendo con un desconocido y se vuelven a casa.
Por el camino llego a una pequeña casa con patio y la inscripción en la fachada "Casa de la Fuente del Lobo"; más arriba una alquería semiderruida y enseguida un pequeño recinto para acumular el agua que viene canalizada entre piedras. No deja de ser chocante, en un entorno especialmente seco como la vertiente Sur de la Sierra de la Pila, encontrar juncos y cañas que delatan la presencia relativamente abundante de agua. Durante este leve ascenso hemos podido ver y oír el chorro de agua descendiendo para regar los distintos pisos.
El sol incide sin piedad en la vertiente Sur de la Sª de la Pila.
Seguimos elevándonos hasta que llegamos a una gran roca posada en el suelo, con una estrecha cavidad por la que podemos introducir el antebrazo. Doy esta referencia porque aquí hay que girar a la derecha, bordeando el Peñasco Colorado, que nos queda a la derecha desde el caserío, al comienzo de la subida. Yo seguí recto, hacia arriba, y llegué a la pista forestal del Caramucel, por lo que tuve que retroceder para recuperar el trazado correcto.
Sin duda, hubiera llegado al mismo lugar, pero es recomendable ser fiel a la ruta, ya que suelen estar diseñadas para pasar por los pasos más cómodos y, a la vez, los rincones más pintorescos.
Desde la gran roca, decía, seguimos a la derecha hasta un pequeño collado inculto del que nace un camino en dirección Este. Aunque poco pisado, es claro y muy fácil de localizar. Siguiéndolo cruzaremos una pequeña rambla y, ahora sí, llegaremos a la pista forestal por donde corresponde. A nuestra izquierda queda el Peñasco de San Joy, otra singular elevación con destacado techo de roca que domina esta parte de la sierra.
Fuente del Lobo.
A los 300 metros aproximadamente de pista forestal, tomamos un camino a la derecha. Estamos a las puertas del gran regalo de la jornada: la Fuente del Lobo. Enseguida aparece, como una recompensa, una recoleta alberca de la que desborda un agua cristalina y fresca que le llega canalizada de la fuente al otro lado del camino.
Rodeado de vegetación, con el fondo turquesa y la iluminación del sol del claro día el lugar se ofrece con una magia especial. Es el ejemplo perfecto que ilustra aquello que trato de explicar a quienes me preguntan por lugares destacables que se pueden encontrar en la Región de Murcia. Siempre respondo que Murcia está preñada de infinidad de pequeños tesoros, con la particularidad que son, en efecto, pequeños, aislados, debiendo por tanto ser descubiertos, siendo esa misma cualidad la que les otorga tanto valor.
Tierra verde regada por la Fuente del Lobo.
El herboso terreno que riegan estas valiosísimas aguas está cubierto de olivos de grueso y venerable tronco. Hay que cruzarlos hasta un collado y seguir una senda desdibujada -más por intuición que por la claridad de la misma- hasta bajar a la pista forestal por la que iniciamos la ruta. Llegamos a San Joy, donde realizo nuevas fotografías aprovechando el cambio de luz; a partir de aquí sólo quedan unos 40 minutos de relajado descenso hasta las inmediaciones de la Fuente de la Canaleta.
Ha sido una excursión muy agradable, tal como aseguraban los autores del libro referido, apta para todos los públicos y con más de un incentivo para realizarla. Espero volver pronto, acompañado, para disfrutarla en compañía.

FICHA TÉCNICA:
CÓMO LLEGAR: 
Desde Murcia tomar la autovía en dirección Albacete hasta el desvío hacia Jumilla-Yecla-Valencia; aquí dejamos la autovía por la primera salida: Abarán-Hoya del Campo-Estación de Blanca; en la redonda donde desemboca cogemos la primera salida hacia El Rellano, y seguir esta carretera comarcal durante unos 5 kilómetros hasta un camino a la izquierda con un cartel que indica "Sierra de la Pila". La Fuente de la Canaleta está a menos de un kilómetro, en un camino a la derecha junto a un cartel indicando adónde lleva la pista forestal que transitamos. Dejar el coche en una orilla del camino, o bien seguir 3'5 kilómetros hasta el cruce de San Joy, donde hay un par de explanadas para aparcar.
FECHA DE REALIZACIÓN: 7 de enero de 2017.
RECORRIDO: Fuente de la Canaleta-pista forestal hasta cruce San Joy-San Joy-Peñasco Colorado-Pista Forestal del Caramucel-Fuente del Lobo-pista forestal-San Joy-pista forestal hasta la Fuente de la Canaleta.
DISTANCIA TOTAL: 11 kms. (aproximadamente).
TIEMPO: 3 horas.
DESNIVEL: 400 m. (aproximadamente).
DIFICULTAD: Baja.
DE INTERÉS: La presencia de la Sierra del Viar; las vistas al Valle de Ricote y Vega Alta del Segura; el solitario caserío de San Joy; los cultivos aterrazados y los ruinosos cortijos diseminados en la ladera; el Peñasco de San Joy; la Fuente del Lobo.
MÁS INFORMACIÓN: Ruta 2 del l
ibro "Sierra de la Pila. Excursiones a pie y en bicicleta". Quijada Guillamón, Héctor M.; Lucas Miñano, José Antonio (Natursport, 2003); Mapa de la Sierra de la Pila.

No hay comentarios:

Publicar un comentario