domingo, 1 de enero de 2017

Cueva de la Mujer encantada y Pico de la Pila

Salimos desde Fuente Blanca, bajo el Pico de La Pila.
Era miércoles 28 de diciembre, aún de noche, y tres amigos salíamos en dirección a Fortuna para llegar a la pequeña aldea de Fuente Blanca, a los pies de la Sierra de la Pila. Nos proponíamos realizar una ruta sencilla, aunque físicamente exigente, que nos iba a llevar a la sugerente Cueva de la Mujer Encantada, alcanzando desde ahí la cima de La Pila, una de mis deudas más sangrantes como senderista murciano.
En efecto, si algo caracterizó esta excursión es la dureza física (y técnica) exigida durante la primera mitad de la jornada. Lo cierto es que se comienza caminando en ligero ascenso por la carretera que va a Peña Zafra hasta que nos dirigimos, a la izquierda, siguiendo la señalización hacia la Sierra. Tras seguir esta carretera unos cientos de metros, la abandonamos girando otra vez a izquierda nada más pasar una vieja cantera. Nosotros, he de decirlo, nos pasamos este desvío, pensando que se dirigía a la cantera, así que calentamos las piernas un kilómetro más de lo previsto.
Cueva de la Mujer Encantada.
Recuperado el rumbo, comprobamos que muy pronto las cuestas empiezan a endurecerse. No estoy en mi mejor forma, y sólo gracias a las paradas que hago para tomar fotografías puedo contener el corazón en mi cuerpo.
A Quique ya lo perdí de vista (él sí está a tope), y Pepe, su padre, me lleva bastantes metros de ventaja, ya que se ha propuesto no parar para no cortarse el ritmo. Como suele ocurrir, conforme ganamos altitud contemplamos un paisaje más amplio. La mañana es turbia, y aunque distinguimos sin problemas toda la Sierra de Carrascoy hasta Columbares y Altaona, no tenemos la claridad necesaria para sacar los prismáticos y buscar detalles. De hecho no alcanzamos a ver el Cabezo Gordo, y sólo intuimos la línea de costa por la lluvia que parece que está descargando al final del horizonte visual.
Más cerca, sorprende -y no gratamente- la cantidad de canteras que se están comiendo literalmente distintas sierras y cabezos del entorno. Abanilla, Fortuna, El Rellano, Murcia, Molina de Segura, etc. quedan a nuestros pies. Y mientras, seguimos subiendo por el ancho y empinado camino de tierra.
Por fin llegamos a la altura de un tendido eléctrico, punto donde acabamos el suplicio, ya reagrupados. Nos encontramos a las puertas de la famosa cueva, pero ésta se halla bastante depauperada. No es más que un vestigio de lo que debió ser, así que no tardamos en retroceder hasta la torre eléctrica. Desde aquí habremos de subir, siguiendo la línea eléctrica, hacia el Pico de la Pila (1265 m.), cuya singular bola blanca podemos ver a poca distancia.
Vistas al Sur desde el Pico de la Pila (1265 m.).
Alcanzado la siguiente torre pasamos por una sima de la que sale un agradable aire caliente. Especulamos si tendrá alguna conexión con los cercanos Baños de Fortuna, unos baños termales naturales.
A partir de aquí es donde necesitaremos toda nuestra concentración, ya que el tránsito es complicado y muy técnico, precisando utilizar las manos en numerosas ocasiones para poder continuar. Esto debe ser lo que llaman trekking. Yo, torpe por naturaleza, he transitado por muchos tramos peores que éste, pero reconozco que cada vez me cuesta más disfrutar en este tipo de terreno. Tal es así que, en plena faena, decidimos por unanimidad descartar el regreso por aquí para evitar accidentes.
Baste decir, para hacerse una idea de lo que nos costó llegar arriba, que tardamos 50 minutos en recorrer aproximadamente 1 kilómetro. Pero lo logramos, y la recompensa prometida por la guía que seguíamos no decepciona: las vistas desde aquí son inmensas, a pesar de no disfrutar de un día despejado.
Escarpes de Los Cenajos desde el Collado delAire.
Además, lo único que ahora puede interceptar nuestra contemplación visual es el hermano pequeño de La Pila, el Pico de Los Cenajos, a unos cientos de metros al Oeste. El resto del mundo lo dominamos desde aquí. Y si mirar al Sur está bien, descubrir el Norte es todo un placer, empezando por la umbría de la propia sierra, que extiende a nuestra merced un precioso manto verde.
Para mí es un momento especial: hacía demasiado tiempo que quería subir a La Pila, y siempre es una satisfacción tachar una de las tareas que uno tiene pendientes consigo mismo.
Tras la fruta, las fotos y el descanso, y desechada la opción de retornar por el camino de ida, toca descender, y lo haremos usando otra de las rutas incluidas en el libro de rutas por La Pila, junto a los pozos de la nieve, y aunque incrementaremos la distancia, nos compensa en tranquilidad. El camino no tiene pérdida, y tras dejar la carretera que sube a la cima justo antes de llegar a los citados pozos de la nieve, seguimos esa senda siguiendo viejas marcas de un PR nunca homologado.
El permanente descenso alcanzaremos La Garapacha, plagada de viejas casas y casetas tradicionales. Desde aquí tomaremos la carretera hasta Fuente Blanca, a unos 3 kilómetros, para dar por finalizada esta buena mañana de senderismo, con más aventura de la que ya estamos acostumbrados.

FICHA TÉCNICA:
FECHA DE REALIZACIÓN: 28 de diciembre de 2016.
RECORRIDO: Fuente Blanca (Fortuna)-carretera a la sierra-camino hasta la Cueva de la Mujer Encantada-ascensión a La Pila por tendido eléctrico-carretera a La Pila-Collado del Aire-La Garapacha-Fuente Blanca.
DISTANCIA TOTAL: 15 kms. (aproximadamente).
TIEMPO: 4 horas.
DESNIVEL: 650 m. (aproximadamente).
DIFICULTAD: Media.
DE INTERÉS: El entorno rural de Fuente Blanca y La Garapacha; las vistas de la sierra desde la carretera; las vistas al Sur conforme ascendemos; la Cueva de la Mujer Encantada, por lo que debió ser; el Pico de la Pila (1265 m.); el tramo de carretera por la vertiente Norte de la sierra; los escarpes de Los Cenajos desde el Collado del Aire.
MÁS INFORMACIÓN: Libro "Sierra de la Pila. Excursiones a pie y en bicicleta". Quijada Guillamón, Héctor M.; Lucas Miñano, José Antonio (Natursport, 2003); Mapa de la Sierra de la Pila.
Vistas al Norte y a la umbría de la sierra.

Rincón tradicional en La Garapacha.

La inconfundible bola blanca del Pico de la Pila es una estación meteorológica.

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